Este día de la semana, lo dedicamos a exponer nuestras
propuestas de “clase ideal”. Por grupos, trabajamos en diseñar un aula teniendo
en cuenta su organización, qué tipo de materiales introduciríamos y qué
secuencia de aprendizaje llevaríamos a cabo en ella.
Nosotras concretamente, optamos por una clase de primero de
Primaria, preparada para acoger a 25 alumnos. Decidimos diseñar un espacio
educativo organizado por rincones. En relación con los materiales, alrededor de
la clase se disponen de los necesarios y se irían renovando en función de las
necesidades e intereses de los alumnos. Asimismo, el aula tiene amplios
ventanales para dejar pasar la luz natural y cuenta con su propio baño. En
cuanto a la secuencia de aprendizaje, hemos pensado en Proyectos Dirigidos, en
los cuales, se desarrollarían actividades de motivación e interés tanto para el
profesor como para los niños.
Lo que pretendemos proponer con este tipo de clase, es por
una parte, organizar un espacio que sea agradable, cálido, apropiado a las
necesidades de los alumnos, y que requiera de los materiales necesarios, y por
otra parte, fomentar que el profesor incite a sus alumnos a reflexionar lo que
están trabajando.
A nivel general, en relación con las exposiciones de nuestros
compañeros, las clases presentadas corresponden a los niveles educativos de
Primaria y Secundaria. Se han expuesto espacios que fomentan el trabajo en grupo y
que promueven una mayor participación del alumno. Se deja de lado la típica
organización rígida y magistral en donde las mesas están alineadas y el
profesor es el centro de atención, y se da paso a un espacio en donde el rol
del alumno adquiere un mayor protagonismo y dinamismo, ya que las mesas están agrupadas
u organizadas en forma de U.Otro aspecto relevante, es el equilibrio que se ha
establecido entre materiales innovadores (pizarras digitales, proyectores,
ordenadores, etc.) y materiales tradicionales (pizarra de tiza, libros, biblioteca,…).
Por último, resaltar que en la mayoría de los casos presentados, la clase
estaba organizada para menos de 30 alumnos. Esta idea es compleja, pues da pie
a un pequeño debate sobre si el número de alumnos condiciona realmente la forma
de trabajar en el aula.
Para finalizar, cabe mencionar que en una clase hay tres
factores que son esenciales: la organización, los materiales y las secuencias didácticas,
y en función de cómo estén aplicados estos elementos, favorecerá en mayor o
menor medida el proceso de aprendizaje de los alumnos. Son elementos que entre
sí hay una conexión (por ejemplo, la forma en la que está organizada una clase,
repercute en las secuencias didácticas que se desarrollan en la misma).
A partir de las exposiciones, la idea general que hemos
percibido, es que no existe una clase ideal ya realizada y preparada, sino que
la clase ideal es aquella en la que estos tres factores presentan un nivel de
flexibilidad adecuados para adaptarse a las necesidades de los alumnos y a los
cambios que puedan surgir en la realidad y espacios educativos.