Durante la clase de hoy, hemos
trabajado acerca de las implicaciones ideológicas y profesionales del libro de
texto a partir de tres materiales que exponemos a continuación.
Encarna Atienza (2006) en su
artículo “Ideología y discurso en los contextos
educativos” habla de cómo las ideologías se integran en los libros de
texto, desde lo que dictamina el Estado hasta quien redacta el propio libro.
Esto conlleva a que la libertad del profesor esté condicionada a eso que
aparece en el libro y que el pensamiento del alumno se vea restringido a una
visión única de la realidad.
El libro de texto, transmite un
discurso único, una forma determinada de ver la realidad y de explicar porque
el mundo es como es. Pero esto no sólo se puede articular de forma explícita,
sino que también tiene sus signos en el curriculum oculto, lo cual se asocia a
los valores dominantes y a una falta de análisis crítico del material por parte
del profesorado para elegir qué libro tomar como referencia y que apartados
modificar.
Un
aspecto a tener en cuenta en la utilización del libro de texto es aquel que
hace referencia a elementos contextuales. Ya que los libros suelen presentar
una determinada visión de los hechos y de los eventos que dista mucho de lo que
realmente es. Esto a su vez se ve acrecentado por los mensajes que emiten los
medios de comunicación. La coherencia con que se presentan estos mensajes los dota
de credibilidad pero si se analizan las situaciones a las que hacen referencia
de manera pormenorizada, no suele concordar con la realidad. Por lo que a un
lector crítico le pueden ir surgiendo dudas que van más allá de una mera
descripción de datos o hechos.
El uso del libro de texto llega a
condicionar en gran manera el trabajo del profesor, incluso estos llegan a
sentir dependencia de los libros si no los utilizan. De lo cual habla Ana López
(2015) en su artículo “Libros de texto
y profesionalidad docente”. Y
es que al usar el libo de texto, se pierde una gran parte del trabajo docente.
Es decir, que diseñar el currículum cada año debería de suponer un reto para el
profesorado donde seleccionar contenidos y actividades así como el enfoque con
el cual trabajarlos. Es una forma de que el profesorado se desarrolle
profesionalmente y ponga en práctica saberes propios de la experiencia.
Desde la visión
docente, debería de dársele más importancia a pensar sobre el esquema de
trabajo y sobre la investigación en lugar de reducir su labor a acudir a un
texto en el que son otros los que incluyen la información que les interesa. Ese
trabajo de elaboración propia, permite un mayor grado de implicación y lucha
contra la conocida dicotomía entre teóricos de la educación (quien interpreta
el currículum) y prácticos de la educación (quien aplica la teoría, el
profesor).
Un aspecto a tener en cuenta, en
lo relativo a la preparación personal del material por parte del profesorado
son las condiciones laborales. Y nos explicamos, los docentes necesitan de más
horas dentro de su horario laboral dedicadas a elabora sus materiales y a
investigar sobre su práctica (crear teoría a partir de la practica), pero para
ello sus horas lectivas de docencia deberían de ser reducidas. Este hecho podría,
restar importancia a la desvalorización social que suele hacerse del trabajo
docente.
Bonafé (1991) expone cómo surgió la
creación de los materiales desarrollados a prueba de los profesores, unos
materiales que garanticen que los alumnos adquieran unos mínimos a pesar de las
características del profesor. Pero resulta paradójico, que en un momento
determinado, se opte por esta vía en vez de mejorar la formación pedagógica que
recibían los profesores.
Se puede ver como el libro de
texto, con el paso de los años se ha ido configurando como una herramienta de
poder. Y en parte esto se debe a los contenidos que el libro explícitamente
transmite sobre la concepción del mundo, donde solo muestra una parte de la
realidad.
Un elemento fundamental, que se
extrae de la lectura, es que para cambiar el trabajo de las aulas se deben
cambiar los materiales que en ellas se utilizan. Estos materiales deben de
implicar una nueva forma de de trabajo. Desde el Movimiento de Renovación
pedagógica, se opto por esto último, creando materiales que no condicionaran la
práctica docente en el aula. Por lo que estas alternativas, lo que plantean son
secuencias didácticas diferentes.
A raíz de la lectura de Bonafé,
algunas preguntas interesantes a realizarle sería:
- ¿Es posible dar una enseñanza en primaria y secundaria, sin libro de texto?
- Desde la administración, ¿en qué medida se favorece un control al profesorado mediante el libro de texto?
- Como docente, ante la situación obligatoria de la utilización del libro de texto, por presiones familiares y centro, ¿qué puedes hacer?
- ¿Crees que el libro de texto tiene algún beneficio educativo?
- ¿Crees que el libro de texto posibilita la práctica en el aula?
EN
RESUMEN LOS LIBROS DE TEXTO
|
Ante todo esto, ¿Qué puede hacer
el profesorado? Como futuras pedagogas creemos que los profesores deberían
analizar críticamente los materiales que utilizan en sus aulas. Buscando una
coherencia entre aquello que desean transmitir y como transmitirlo, pensando si
el material elegido le ayuda a ello o sólo condiciona su práctica. Además, sería
necesario un espacio en el que pensar cuantas competencias del docente son eliminadas
ante el libro de texto, y ver en qué medida esas competencias pueden ir recuperándose.
Con el uso exclusivo del libro de texto ¿Dónde queda la adaptación a
los ritmos de aprendizaje? ¿Y la adaptación a los intereses del alumnado?
¿Puede que el libro de texto sea utilizado como herramienta de control
del trabajo docente desde la Administración educativa?
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